Asier Leibar Tamayo.
Servicio de Urología, Hospital Universitario La Paz.
La información expuesta a continuación se basa en la experiencia personal del autor, acreditado como cirujano de consola Da Vinci por Intuitive Surgical desde 2009, y habiendo probado Hugo RAS en laboratorio húmedo y Versius en laboratorio seco.
Por fin tenemos nuevos robots quirúrgicos en el mercado.
Intuitive Surgical ha dominado el mercado desde que lanzara su robot da Vinci en el año 1999, pero este sector clave de la cirugía urológica está a punto de cambiar.En el último año se han aprobado varios equipos de cirugía robotizada para su comercialización y La caducidad de algunas patentes en 2019 ha provocado una apertura interesante del mercado. Y todo sugiere que en 2025 habrá un volumen considerable de capital destinado a empresas que comercialicen dispositivos de cirugía robótica.
Pero, ¿cuáles son los nuevos dispositivos en el mercado español? ¿Existen diferencias con el actual robot da Vinci?¿Supone esto el fin de la era da Vinci?
Desde hace tiempo se oyen rumores sobre nuevos robots que están siendo desarrollados por empresas como Google o Johnsson and Johnsson, pero por ahora no se han materializado en un producto aprobado.
Son muchas las empresas que están desarrollando robots quirúrgicos desde 2019, con el vencimiento de algunas patentes: Memic Innovative Surgery, Vicarious surgical, Edge Medical Robotics, entre otras. Pero, a día de hoy, además del modelo de Intuitive, los robots más evolucionados y aprobados son Hugo RAS –de Medtronic– y Versius –de Cambridge Medical Robotics (CMR) Surgical–. También existe un dispositivo japonés, Hinotori de Medicaroíd –desarrollado por la universidad de Koke– que hasta ahora se comercializa sólo en Asia.
A excepción del modelo asiático, muy parecido al da Vinci, los otros dos robots han apostado por la modularidad, ofreciendo brazos separados que se colocan independientemente en el paciente. En este contexto cabe destacar la ligereza y sencillez del modelo de la británica CMR , siendo el de Medtronic algo más complejo, aunque con muchas posibilidades también.
Estos nuevos robots aportan otras ventajas: inteligencia artificial, mejores precios (aunque esto está por demostrar), tecnología 5G, modelos más compactos, o material no exclusivo de la marca.
A continuación vamos a analizar algunos aspectos de los dos dispositivos comercializados.
Hugo RAS. Medtronic
El robot Hugo RAS es un sistema con una consola, una torre de laparoscopia y cuatro módulos independientes que sostienen los brazos.
El brazo se acopla al trocar, como da Vinci, y hay que predeterminar tanto su ubicación en el paciente como el ángulo de acoplamiento –“docking”, en inglés–. Aunque esto, a priori, complica algo lo que se había simplificado en los últimos modelos de Intuitive, puede ser que ofrezca también un rango mayor de posibilidades, fundamentalmente en cirugía multicuadrante.
La consola es abierta con una pantalla de visión tridimensional de Storz y precisa de gafas, como los dispositivos de laparoscopia tridimensional. Tiene varios pedales en los pies similares al da Vinci, aunque ya viene puesto el de ligasure, que puede ser uno de sus puntos fuertes cuando se comercialice.
Los mandos para las manos son como un pequeño mango de ligasure, lo cual proporciona un buen agarre, que resulta familiar al cirujano laparoscopista.
El ángulo de movimientos del instrumento es similar al de la competencia, con una posibilidad de rotación sobre su eje, algo mayor.
Como desventaja, se puede mencionar un leve retraso en la transmisión de la orden de coagular, especialmente si llevamos un tiempo sin activarlo.
En ocasiones, el brazo puede entrar en conflicto consigo mismo, si forzamos mucho los movimientos, y debemos modificar su ángulo de acoplamiento.
Por lo demás, ofrece una sensación de familiaridad para el cirujano que ha hecho cirugía robótica antes. Establece una relación de no inferioridad con el modelo da Vinci, lo cual es un gran logro. Mucho más si se tiene en cuenta que es el primer dispositivo que comercializa la casa Medtronic, por lo que seguro evolucionará.
Versius. CMR Surgical.
La gran novedad de Versius es que renuncia a los pedales para llevar todo a la mano del cirujano. El mando de la consola, también abierta con pantalla tridimensional, es similar a una consola de videojuegos actual. Pero resulta algo incómodo a la hora de “embragar” para reposicionarse, aunque esto puede ser cuestión de manejo y costumbre.
Los joysticks de la cámara también son algo mejorables.
Su aporte más interesante es la increíble ligereza y el buen diseño del brazo, que pesa apenas 100 kg en total -considerando base y brazo–. Se fija directamente al instrumento, sin necesidad de fijar el trocar, lo que quizás pueda redundar en menos traumatismo de pared, y deja mucho espacio en la mesa quirúrgica para los cirujanos e instrumentistas asistentes.
Es, sin duda, un gran avance en la combinación de cirugía laparoscópica con cirugía robótica.
Pero, ¿significa esto el final de la era da Vinci?
Según los resultados de Abex, la empresa distribuidora en España, el crecimiento estimado para 2022 es del 11% al 15%, respecto a un 28% en 2021
También se han adaptado los precios de material fungible, proporcionando más vidas del instrumento. Y se está desarrollando tanto el puerto único como la doble consola para cirugía robótica simultánea.
La última plataforma, da Vinci SP, que ya funciona en el mercado estadounidense pero todavía no en Europa, ha sido desarrollada para puerto único. Está por ver si esta tecnología se incorpora a la cirugía urológica o no.
En cuanto a instrumental, otra novedad es la reciente aparición de SynchroSeal, un bipolar avanzado para sellado y corte, articulado.
Por todas estas razones, no es probable que da Vinci deje de ser protagonista en el desarrollo de la cirugía robótica. Lo que parece claro es que ya no va a ser el único, y tendrá que adaptarse a un mercado con más competencia.
Es posible que, en función de la especialidad quirúrgica, un modelo se adapte mejor, o incluso en función de la técnica quirúrgica concreta.
Esto, sin duda, redundará en un beneficio del paciente y en un mayor acceso de los cirujanos a la última tecnología disponible, cosa que debió ocurrir hace años. Aunque nunca es tarde, si la dicha es buena.