Julia de la Cruz
Centro de Mínima Invasión Jesús Usón, Cáceres.
Luis Resel
Servicio de Urología Hospital Clínico San Carlos.
XXXI Reunión Nacional de los Grupos de Litiasis y Endourología, Laparoscopia y Robótica
Sevilla 27 y 28 de enero 2022
La alta incidencia de complicaciones y efectos adversosasociados al uso de catéteres ureteralesnos sugiere que, a pesar de las investigaciones e innovaciones llevadas a cabo hasta el momento, no se dispone aún del catéter ureteral ideal. A la hora de abordar esta cuestión, es preciso analizar el concepto de catéter ureteral actual. A día de hoy, el estándar en catéteres ureterales está representado prácticamente de forma exclusiva por el catéter doble jota. El uso universal de este diseño genera un impacto muy significativo en la calidad de vida de la mayoría de pacientes que requieren un catéter ureteral, independientemente su indicación. Para plantear innovaciones en este dispositivo se debe, por tanto, partir de la premisa de que se pretende mejorar un catéter que se emplea para escenarios clínicos muy diferentes entre sí.
Los esfuerzos en investigación relativos a la mejora de los catéteres doble jota se centran principalmente en tres pilares tecnológicos, los diseños, los materiales y los recubrimientos. Para que las mejoras potenciales de cada avance puedan ser explotadas al máximo, es necesario comenzar a diversificar los catéteres ureterales adaptándolos a las diferentes indicaciones descritas para estos dispositivos.
En relación con los diseños, los catéteres intraureterales son un ejemplo de los beneficios que aporta el desarrollo de catéteres más específicos. La reducción de material protésico a nivel vesical se basa en la relación de causalidad entre el extremo distal de un catéter doble jota y los efectos adversos asociados con su uso. Gracias a estos diseños, se puede evitar que aquellos pacientes que no requieran la dilatación del uréter distal y/o la unión ureterovesical sufran los efectos adversos resultantes de la misma, a expensas ciertamente de circunscribir sus indicaciones. En este sentido, se encuentran, por un lado, los diseños intraureterales estrictos, y por otro, los catéteres monojota con hilo distal. Con respecto a los primeros, se presentan como la única estrategia de eliminación definitiva del reflujo vesicoureteral, evidenciando asimismo una mejora significativa de la sintomatología en pacientes con respecto al estándar doble jota. Los JFil® & MiniJFil® de Rocamed® son los representantes a día de hoy de los catéteres monojota con hilo distal, que desciende hasta atravesar la unión ureterovesical. Permiten una disminución de las molestias y han demostrado su capacidad de dilatación de la unión ureterovesical. La presencia de este hilo de sutura distal amplía así sus indicaciones, posiblemente en detrimento de la abolición del reflujo vesicoureteral alcanzada con los diseños anteriores.
Desde el punto de vista de los materiales, los catéteres ureterales biodegradables atraen gran parte del interés. Las investigaciones en este campo persiguen alcanzar una seguridad y control de la tasa de degradación que permitan ofrecer una gama de catéteres ureterales con distintos tiempos de degradación predefinidos. Los prototipos BraidStent®, Uriprene® y HydrUStent® se corresponden con las innovaciones más relevantes de esta tendencia. La obtención de resultados acerca de su rendimiento en ensayos clínicos es inminente, por lo que se espera que próximamente los catéteres ureterales biodegradables sean cuestión de presente y no de futuro.
Los recubrimientos y la liberación de fármacos abren un amplio abanico de capacidades terapéuticas adicionales para los catéteres ureterales. De manera general, se pueden considerar tres enfoques. La lucha contra la formación de biofilm e incrustaciones se nutre de diversos planteamientos, entre las que se encuentran los recubrimientos de péptidos antimicrobianos y modificaciones de cargas de las superficies, sugiriendo la necesidad de adoptar un enfoque multimodal combinando más de una estrategia. Por otro lado, se plantea la incorporación de fármacos para el control del dolor, aunque por el momento no se han evidenciado mejoras significativas, pudiendo proponerse como solución más efectiva eliminar o mitigar los factores causantes de dicho dolor en lugar de su tratamiento. Por último, la incorporación de recubrimientos liberadores de fármacos quimioterápicos se presenta como una opción digna de investigar para la terapia adyuvante tópica en el tratamiento del carcinoma urotelial de vías altas no músculo invasivo.
En definitiva, los esfuerzos para mejorar el rendimiento de los catéteres ureterales se enfocan en el desarrollo de dispositivos más específicos. Por ello es necesario que tanto urólogos clínicos como investigadores, no rechacen aquellas innovaciones que, aunque efectivas, no se ajusten a todos los escenarios en los que se requiere un catéter ureteral. Considerando la necesidad creciente de brindar a los pacientes una terapéutica más individualizada, se ha de reconocer que nos dirigimos hacia el fin de la exclusividad del catéter doble jota. Ante este cambio de paradigma, debemos preguntarnos, en lugar de cuál será el catéter ureteral del futuro, cómo serán los catéteres ureterales en el futuro.