Inés Laso, Gema Duque.
Servicio de Urología, Hospital Universitario Ramón y Cajal.
La litotricia extracorpórea ha evolucionado de forma significativa desde que apareció el primer modelo HM3 en 1980, cuando se hizo el primer tratamiento con litotricia, y el paciente debía ser sumergido de forma completa en una bañera y ser sometido a anestesia general.
Actualmente los nuevos equipos cuentan con mesas versátiles que permiten la realización de tratamientos endourológicos simultáneamente, un arco de rayos y pantallas de alta definición.
La burst wave lithotripsy (BWL) podría convertirse en el futuro tratamiento de la litiasis sustituyendo a la litotricia extracorpórea por ondas de choque tal como la conocemos.
La BWL es una tecnología ultrasónica de alta frecuencia y de baja energía, focalizada en un punto que será la litiasis. A diferencia de la litotricia extracorpórea por ondas de choque, al tener una baja presión y alta frecuencia, genera una fragmentación conminuta de la litiasis, reproduciendo el efecto intracorpóreo que produce el láser de Holmio en el tratamiento endourológico de la litiasis.
La litotricia extracorpórea por ondas de choque produce fragmentos grandes por la combinación de sus diferentes efectos de fragmentación. La BWL produce fragmentación de la litiasis en el punto de contacto con la misma, al igual que hace el láser.
Si a esta fragmentación de calidad, que produce fragmentos de muy pequeño tamaño, se le suma una propulsión ultrasónica (en desarrollo en este momento del tiempo), se facilitará la movilización y expulsión de estos pequeños fragmentos.
La calidad de la fragmentación va a depender de la frecuencia empleada. A mayor frecuencia obtendremos fragmentos más finos y a la inversa.
Esta tecnología disminuye el número de burbujas que se producen alrededor de la litiasis, con lo cual va a disminuir la atenuación que producen estas burbujas en las ondas siguientes a la que está realizando su efecto. Por tanto, aumenta la fragmentación y la calidad de ésta, generando fragmentos más finos. Además disminuye la cavitación, reduciendo el daño sobre el tejido.
La BWL se muestra, por tanto, como un tratamiento de alta seguridad para el paciente, que se puede aplicar sin anestesia, por su gran tolerabilidad, y en ausencia de irradiación. Además es un tratamiento relativamente rápido, ya que en 8-15 minutos, dependiendo de la complejidad de la litiasis, se puede alcanzar la completa resolución de la misma.
En lo referente a la litotricia extracorpórea por ondas de choque en vórtice, ésta consiste en un sistema de fragmentación controlada de sólidos mediante haces acústicos de vórtice. Comprende al menos una unidad de generación de haces acústicos, y una unidad de realimentación y control de dicha unidad de generación. Ventajosamente, los haces acústicos generados por el sistema son haces acústicos de vórtice. Por otro lado, la unidad de realimentación y control comprende adicionalmente un subsistema de realimentación, configurado para recibir información relativa a los sólidos fragmentados y aprovecharla para adaptar el funcionamiento de la unidad de generación de haces acústicos. Dado que la generación de esfuerzos de cizalla es más eficiente empleando haces de vórtice, las amplitudes del campo ultrasónico necesarias para fragmentar los cálculos son mucho menores que en las técnicas de litotricia por ondas de choque extracorpórea convencionales. Asimismo, el sistema minimiza los efectos indeseados sobre los tejidos blandos que rodean al sólido.
En la actualidad, con los medios de que disponemos, debemos esforzarnos en optimizar el tratamiento con litotricia extracorpórea por ondas de choque que sigue vigente en nuestro tiempo. Para ello, debemos tener en cuenta hay que hacer una buena planificación del tratamiento de la litiasis, con una prueba de imagen que nos aporte suficiente información. La tomografía axial computarizada nos permite conocer de características de la litiasis (composición, volumetría, etc), así como estudiar la anatomía calicial. El objetivo debe ser obtener el mejor resultado posible, evitando los efectos secundarios en el paciente.
Cortesía Dra. Bahílo. Servicio de Urología del Hospital Universitari i Politècnic La Fe. Valencia.